11.8.09

SER ABOGADO


EL DISCURSO QUE MUCHOS OLVIDARON

Me gustó el discurso que dió el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, don MARCOS LIBEDINSKY, al grupo de abogados que nos recibíamos en Octubre del 2005. Acá lo transcribo. Para los colegas, aunque este discurso me parece para todos aplicable, esa es su gracia:

"Nos encontramos en la parte final de la audiencia pública establecida por la ley que, como resumimos al inicio, tiene por objeto que esta Corte Suprema de Justicia les otorgue a Uds. el título de abogados, objetivo que ya se encuentra cumplido.

Efectivamente, cada uno de Uds. tiene en sus manos un Diploma que acredita que, después de haber obtenido el grado de Licenciado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de alguna determinada Universidad, han comprobado poseer los requisitos necesarios para ejercer la profesión y que previo juramento han sido declarados legalmente investidos del título de abogados.

Pero, creo conveniente, advertirles que ese título no debe inducirlos a un error, que podría resultarles muy perjudicial en el futuro. Cual es, que de este modo, habéis finalizado vuestros estudios jurídicos y que desde ahora en adelante ya pueden abandonar todo estudio. Siempre tendrán que seguir estudiando, pero ahora bajo características distintas.

Digamos, incidentalmente, que sabio no es el que sabe, sino el que sabe que puede saber más. En el futuro Uds. estudiarán casos particulares y concretos que se les presenten en el ejercicio de la profesión de abogados. Los estudios de derecho en la Universidad os han otorgado, fundamentalmente, un criterio jurídico y ese criterio les servirá para buscar las posibles soluciones al problema que se les ha planteado y que deben resolver. Pero ahora Uds. ingresarán a una nueva Universidad, con paredes invisibles y que no posee campus alguno. Cursarán materias novedosas, que no se las enseñaron en ninguna Escuela de Derecho y el primer curso se denomina laboriosidad, que no guarda relación con el Derecho Laboral o del Trabajo, que sí estudiaron en su vida universitaria anterior.

Esta laboriosidad tiende a incrementar capacidades que, como es sabido, utilizamos en forma bastante reducida no obstante que una explotación de sus aptitudes es lo único que muchas veces, distingue al hombre brillante del hombre común y corriente. Benjamín Franklin, lo expresó de la siguiente manera: "Nunca hubo alguien glorioso, que no fuera también laborioso”.

Otra materia que también deberán cursar se denomina experiencia. Por mucho que algunos escépticos, nos digan que la experiencia únicamente nos enseña a reconocer nuestros errores cada vez que los volvemos a cometer.

Este ramo de la experiencia se prolonga durante varios años, superiores a los ciclos de tres años de Derecho Civil o Procesal que ya seguisteis en la Universidad.

Dentro de la experiencia, deberíais adquirir una fina sensibilidad para distinguir el valer verdadero y el falso.

José Ortega y Gasset, el más grande pensador español del siglo XX, del cual se están conmemorando, precisamente a esta misma hora, en los Salones del ex Congreso Nacional los 50 años de su fallecimiento, daba los siguientes consejos a los jóvenes para distinguir entre los diversos tipos de personas y no confundir jamás al tonto con el inteligente, al bueno con el malo. Estimo que esos consejos pueden serles también útiles a Uds.

“1.- No hagáis nunca caso de lo que la gente opina. La gente es toda una muchedumbre que os rodea en la escuela, en la Universidad, en la tertulia de amigos, en los periódicos. Fijaos y advertiréis que esa gente no sabe nunca por qué dice lo que dice, no prueba sus opiniones, juzga por pasión, no por razón.

2.- Consecuencia de lo anterior. No os dejéis jamás contagiar por la opinión ajena. Procurad convenceros, huid de contagiaros. El alma que piensa, siente y quiere por contagio es un alma vil, sin vigor propio.

3.- Decir de un hombre que tiene verdadero valor moral o intelectual, es una misma cosa con decir que en su modo de sentir y de pensar, se ha elevado sobre el sentir y el pensar vulgares. Por esto es más difícil de comprender y, además, lo que dice y hace choca con lo habitual. De antemano, pues, sabemos que lo más valioso tendrá que parecernos, al primer momento, extraño, difícil, insólito y hasta enojoso.

4.- En toda lucha de ideas o de sentimientos, cuando veáis que de una parte combaten muchos y de otra pocos, sospechad que la razón está en estos últimos. Noblemente prestad vuestro auxilio a los que son menos contra los que son más". Espero que siguiendo estos consejos, jóvenes abogados, obtengan los mayores éxitos y satisfacciones no sólo en el desempeño profesional sino, lo que es más importante, en el transcurso total de vuestras vidas futuras."





1 comentario:

Anne dijo...

Hola colega!!!, que buen discurso, y que cierto eso de la opinión de los demas, cuanta razón!!!!!.-
Sabes. . . . nos recibimos casi al mismo tiempo.. . . .y recuerdo cada palabra, pero de lo que jamas me olvidare. . . .es una frase, . . la comparto contigo, " que nosotros los que ese dia recibiamos nuestro titulo, eramos tan abogados, como los que llevaban 20 años en la profesión"
Ivan, la verdad es un placer leerte, y saberte mi colega,
Cariños a toda la familia

Anne